MASONERÍA AL DÍA / Lucha contra la Desertificación y la Sequía

Columna de opinión

Lucha contra la Desertificación y la Sequía

Rodrigo Andrade R.

RL Camilo Henríquez N°211


Las sequías se encuentran entre las mayores amenazas para el desarrollo sostenible, especialmente en los países en desarrollo; Sin embargo, cada vez son más las naciones ricas afectadas. De hecho, las previsiones estiman que para 2050 las sequías afecten a más de las tres cuartas partes de la población mundial. Esta situación volvió a relevarse y colocarse en agenda al celebrar el “Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía”, un fenómeno que no es físicamente ni económicamente posible eliminar completamente.

Lo que sí podemos hacer es tomar conciencia que se requiere un rápido cambio transformador y en todos los sectores para evitar fallas sistémicas. Hemos creado un mundo en el que ningún otro peligro se cobra más vidas humanas o crea más pérdidas económicas, y es el resultado inmanente de un conjunto de paradigmas de desarrollo. 

Las sequías plantean interrogantes fundamentales sobre las capacidades de nuestras sociedades para medir, evaluar y prepararse adecuadamente para un riesgo inminente. Quizás más que cualquier otro peligro, las relaciones causales de las sequías son difíciles de descifrar y la duración es casi impredecible, con impactos acumulativos y en cascada. El número y la duración de las sequías han aumentado un 29% desde 2000 y, a día de hoy, hay más de 2.300 millones de personas que sufren problemas a causa de la escasez de agua, y es un hecho indesmentible.

Los seres humanos hemos sobreexplotado el planeta y se ha talado casi toda la cubierta vegetal protegida, exponiendo los suelos a través de la agricultura perenne a gran escala. El resultado de cambios tan vastos en el paisaje, en combinación con la liberación de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles, es un planeta en constante calentamiento, desertificación y sequía. Las condiciones climáticas empeoran, se vuelven cada vez más impredecibles y la tierra se desertifica, perdiendo su fertilidad y diversidad biológica.

Sólo tenemos un único acuerdo internacional legalmente vinculante sobre cuestiones de tierras, como la desertificación y la sequía, la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (UNCCD por sus siglas en inglés),  que se transforma en un mecanismo de política global que nos permite abordar de manera efectiva la tarea que tenemos entre manos. Debemos estar obligados a encontrar soluciones a la altura del problema, que es global por naturaleza, pero lejos de ser natural.

Dentro de los grupos afectados, las mujeres tienen un interés vital en la salud de la tierra, pero a menudo no la controlan. En todas las partes del mundo, son ellas las que se enfrentan a importantes obstáculos a la hora de garantizar sus derechos sobre la tierra, lo que limita su capacidad para prosperar. En muchas regiones, siguen sometidas a leyes y prácticas discriminatorias que impiden su derecho a heredar, así como su acceso a servicios y recursos.


Además, cuando la tierra se degrada y el agua escasea, son ellas las que suelen estar más afectadas. Es por eso, que en 2023, el tema central del Día Internacional contra la Desertificación se ha orientado hacia la "Mujer. Sus tierras. Sus derechos", haciendo especial hincapié en la idea de que invertir en la igualdad en el acceso de las mujeres a la tierra y a los bienes asociados, es una inversión directa en su futuro y en el futuro de la humanidad. 

Es hora de que las mujeres y las niñas se sitúen a la vanguardia de los esfuerzos mundiales en la recuperación de la tierra y en la resiliencia a la sequía.