Aunque en 1869 la Logia Justicia y Libertad N°5, de la Gran Logia de Chile, presentó el primer proyecto para crear Logias integradas exclusivamente por mujeres en nuestro país, hubo que esperar un siglo para que las mujeres iniciadas en Masonería fundaran una Logia capaz de mantenerse en el tiempo y dar forma a una potencia masónica íntegramente femenina.

En 1970, en efecto, se fundó en Santiago la Logia Araucaria, cuyas integrantes dieron vida, en mayo de 1983, a la Gran Logia Femenina de Chile, institución que acaba de celebrar su 40° aniversario.

En estos escasos años, esta obediencia ha fundado logias desde Arica hasta Coyhaique en el territorio nacional, tiene Logias en Panamá, Cuba y Perú; y ha contribuido a la formación de las Grandes Logias Femeninas de Argentina, Uruguay y Bolivia.

Para generar redes internacionales, contribuyó con los primeros esfuerzos que dieron vida a la Federación Americana de Masonería Femenina, FAMAF; y forma parte del Centre de Liaison et d’Information des Puissances Maçonniques Signataires de l’Appel de Strasbourg, CLIPSAS.

Su Declaración de Principios señala:

“La Gran Logia Femenina de Chile es una institución iniciática esencialmente humanista, filosófica y filantrópica, cuyo objetivo es lograr el perfeccionamiento de las mujeres que la conforman y, a través de ellas, el de la Humanidad.

“Sustenta los postulados de Libertad, Igualdad y Fraternidad.

“Considera el trabajo como un derecho y un deber del ser humano y el medio más eficaz para el desenvolvimiento de su personalidad, contribuyendo con ello al progreso universal.

“La Gran Logia Femenina de Chile elige a sus miembros entre mujeres de espíritu libre sin distinciones sociales, credo ni razas.

“Proclama al Gran Arquitecto del Universo como principio generador y como símbolo de su superior aspiración y construcción ética”.

El 29 de septiembre de 2018, la Gran Logia Femenina de Chile y la Gran Logia de Chile firmaron un Acta de Relación y Cooperación, en la que se establecen las salvaguardas y prohibiciones que impiden la participación común en el ámbito ceremonial, dado el carácter masculino de una y femenino de la otra; y generando compromisos para cooperar en actividades comunes de filantropía y en acciones públicas en favor de iniciativas humanistas, inspiradas en los altos principios de la Francmasonería universal.

Su actual Gran Maestra, Soledad Torres Castro, presidió la Reunión Blanca con que la Gran Logia Femenina de Chile puso fin a los actos de celebración de este aniversario, oportunidad en que entregó distinciones a las Ex Grandes Maestras, en un grato encuentro que contó con la asistencia de casi medio millar de invitados, nacionales y extranjeros.

La Gran Logia Femenina de Chile, en estos cuatro decenios ha logrado dar forma concreta y exitosa a los sueños que inspiraron a las hermanas fundadoras